La UP se formó en diciembre de 1969 con motivo de las elecciones presidenciales de 1970, en reemplazo del Frente de Acción Popular. Estuvo conformada por el Partido Radical, Partido Socialista, Partido Comunista, el Movimiento de Acción Popular Unitario, el Partido de Izquierda Radical y la Acción Popular Independiente, incorporándose la Izquierda Cristiana y el MAPU Obrero y Campesino (escisión del MAPU) en 1973. Además contó con el apoyo de la central sindical nacional, la CUT (Central Única de Trabajadores). Los partidos políticos estaban representados en la Comisión Política de la UP. Para los simpatizantes independientes se formaron los CUP (Comités de la Unidad Popular) a nivel vecinal, de fundo, de servicio público y de fábrica.
Uno de los principales problemas fue la designación del abanderado de la izquierda, si bien Salvador Allende era el candidato lógico (tenía tres campañas presidenciales: 1952, 1958 y 1964). El Partido Socialista, presidido por Carlos Altamirano, líder del sector más radical a partir del Congreso de Chillán de 1967, no lo apoyaba completamente a pesar de formar parte de sus filas. El Partido Comunista había propuesto a Pablo Neruda. Al final ganó la candidatura de Allende el 22 de enero de 1970.
Partiendo de una crítica de la gestión del gobierno de Eduardo Frei Montalva, el programa de gobierno de la UP se plasmó en el Programa básico de la Unidad Popular y Las 40 primeras medidas del Gobierno Popular. Estos conformaron, junto con la acción de Allende asesorado por Joan Garcés, la vía chilena al socialismo (la revolución con sabor a vino tinto y empanadas, en un discurso de Allende). Esta postulaba la posibilidad de que un país capitalista subdesarrollado efectuara un tránsito democrático y no violento al socialismo. Dicho paso facilitaría y crearía las condiciones para llegar al socialismo. Todo lo anterior por la vía del proceso democrático y por medio del uso de la legalidad del Estado burgués.
Sin la necesidad de contar con un partido único que lo efectuara, solo la coalición de todas las fuerzas democráticas que estuvieran a favor de los cambios sociales y democráticos. En cierta forma se trataba de crear un nuevo bloque hegemónico dentro de la línea de Antonio Gramsci. La vía chilena al socialismo se enfrentaba a la vía armada inspirada en la Revolución Cubana triunfante (1959), que se propugna por América Latina durante la década de 1960 y 1970.
Las medidas de gobierno fueron la participación de los trabajadores en las empresas (cogestión), terminar con el latifundismo acelerando el proceso de la reforma agraria, nacionalización de la banca y las empresas, nacionalización del cobre, distribución de medio litro de leche diario a cada niño. La creación de tres áreas de propiedad (social, mixta y privada) que no se pudo efectuar por oposición del Congreso Nacional.
Las reformas sociales impulsadas por el gobierno generaron un gran déficit en los recursos fiscales. Para poder seguir financiando estas reformas, el gobierno decidió mantener el gasto fiscal mediante la impresión desmedida de dinero. Esta sobreemisión fiscal, entre otros factores, produjo una creciente inflación que llegó a 600% en 1973 (oficialmente a 342%).Según el World Bank -Chile an economy in transition, Washington D.C., USA January 1980 1971 promedio anual 22%, 1972 77.8% y de enero a Septiembre de 1973 188.1% promedio anual.
La crisis de la UP
Sin embargo la UP se vio tensionada entre las acciones para avanzar al socialismo por la vía legal, tal como era propuesto por Allende, el Partido Comunista, los radicales y sectores del Partido Socialista y el MAPU-OC (Obrero Campesino), y un sector que promovía avanzar en una forma más radicalizada, promovida por el MIR, que no pertenecía a la UP, y sectores del PS y el MAPU (liderado por Óscar Guillermo Garretón). Tales contradicciones hicieron que en 1973 la UP no existiera como alianza política efectiva al estar paralizada las relaciones entre sus miembros, prefiriéndose el entendimiento directo con el presidente Allende.
Las erradas políticas económicas adoptadas por el gobierno produjeron escasez de todo tipo de productos e hiperinflación, lo que sumado a un clima de creciente efervescencia política terminó en un golpe de estado que se produjo el 11 de septiembre de 1973.
Algunos han planteado que los empresarios boicotearon al gobierno, aunque hay quienes, como el ex-Presidente Eduardo Frei Montalva, que no concuerdan con estas afirmaciones, pues manifiestan que Chile pudo vender sin dificultad alguna sus productos no sólo en Europa sino en los Estados Unidos de América, excepto el cobre, pero en pequeñísima parte. Tampoco tuvo inconvenientes para continuar sus importaciones desde los mercados internacionales, la deuda externa fue renegociada y se consiguió la suspensión de sus pagos y finalmente, ningún Gobierno chileno, en tan corto plazo, obtuvo créditos de mayor magnitud que los obtenidos por el gobierno UP. Respecto a la oposición interna expresan que ella se debió a que a poco andar, la Democracia Cristiana se formó la convicción de que se estaba siguiendo un plan que en definitiva destruiría en sus fundamentos la economía chilena (Del prólogo al libro de Genero Arriagada Herrera: “De la vía chilena a la vía insurreccional”). Estos mismos conceptos el señor Frei se los había manifestado por carta a Mariano Rumor, Presidente de la Unión Mundial de la Democracia Cristiana, en noviembre de 1973.
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